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domingo, 26 de junio de 2011

¿Constitución o elecciones?

Las prisas no son buenas consejeras, y menos en el marco de un cambio político de la magnitud del que se espera para Egipto. Por eso ahora el debate sobre la necesidad de tener una nueva Constitución antes de las aclamadas elecciones parlamentarias de septiembre surge con fuerza en la calle y en las oficinas de las decenas de partidos que esperan sentarse en el nuevo Parlamento.

Ocurre que el Referéndum que se votó favorablemente el 19 de marzo incluía que la Constitución se escribiría después de las elecciones parlamentarias. Y que su elaboración se asignaría a 100 personas elegidas por la recién constituida cámara. ¿Eran los egipcios conscientes de lo qué votaban? La coyuntura aprovada en marzo, sólo un mes después de la caída del régimen, deja la Constitución a merced de las fuerzas políticas más votadas, pero de eso se ha dado cuenta el público demasiado tarde.

El Primer Ministro en funciones, Essam Sharaf, ha sido de los que han dicho que lo más conveniente era escribir primero la Carta Magna y posponer las elecciones(le han llovido críticas, por cierto). También lo han hecho hasta 54 partidos políticos, firmantes de una declaración conjunta para cambiar los tiempos de la transición. Una campaña de recogida de firmas, que espera llegar a los 15 millones, recogió hasta tres durante su primera semana en la calle.

La postura del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas, al frente del país desde la caída de Mubarak, ha sido tajante: "No podemos desacreditar los resultados de la primera decisión democrática que representó el Referéndum". Lógico.

Todo este sinsentido se resolvió a medias la pasada semana con el acuerdo entre 18 fuerzas políticas sobre la necesidad de redactar una Constitución que garantice un estado secular con libertad de culto e igualdad para todos los ciudadanos. Si bien es un acuerdo positivo, no tiene carácter oficial y no representa en su totalidad al amplio espectro político. Pese a que el principal partido de los Hermanos Musulmanes (Libertad y Justicia) lo haya firmado, existen escisiones islamistas y salafistas que se han negado a sellar el acuerdo.

Mientras tanto, los "jóvenes de la plaza Tahrir" amenazan con una nueva gran manifestación para el 8 de julio si las fuerzas armadas no reculan y desoyen las peticiones de redactar una nueva Constitución antes de las elecciones. Tienen miedo de que los islamistas se hagan con el poder y puedan redactar la Carta Magna a su antojo.

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