
A unos pocos centenares de metros del que fue campamento británico por aquel entonces se encuentra hoy la ciudad amurallada de Marina El Alamein. No se trata de una ciudad medieval, pues es muy joven, sinó de un resort turístico donde gentes de las clases más altas del país tienen segundas residencias. Allí las chicas muestran sus piernas depiladas y sus escotes cortados por las mejores marcas de ropa, los chicos (algunos muy jóvenes) exageran su trabajada musculatura a bordo de flamantes motos acuáticas, y los cafés y restaurantes más caros del país revientan de clientela cuando cae la noche. Allí cada metro está patrocinado por alguna de las grandes compañías globales o locales, los jardines son verdes y las calles limpias. En total, 11 kilómetros de playa mediterránea, de aguas azul turquesa, ideales para lucir bikini sin complejos (aunque también hay quien luce burquini).
عرض خريطة بحجم أكبر
La sensación que un extraño se lleva del lugar es, cuanto menos, surrealista. Por un lado tenemos el pueblo de El Alamein, tan humilde y egipcio como cualquier otro. Enfrente, y cortándole el acceso natural al mar, el resort de Marina, hogar de todas las posibilidades estéticas que resultan imposibles en cualquier otro lugar del país (a excepción de sus iguales, que por cierto no son pocos). Al lado, la unión del desierto con el mar y los memoriales a los soldados caídos en la guerra; italianos, alemanes y aliados de distintas procedencias. Más allá, ya en pleno desierto, el lugar de la batalla y unos 18 millones de minas antipersona. Curiosa convivencia entre lo local, lo artificial y la historia.
*La foto de arriba muestra el memorial alemán, sepultura de 4.800 soldados nazis que murieron en la batalla
*El mapa muestra el lago artificial de Marina El Alamein (clicar para desplazarse).
No hay comentarios:
Publicar un comentario