Me gusta escribir en el blog, pero me gustaría más que algún editor me diese un poco de espacio en un periódico. Y que me pagase por ello.

viernes, 1 de junio de 2012

Hosni Mubarak: acusado

El juicio al ex presidente egipcio Mohamed Hosni Mubarak quedó visto para sentencia el 22 de febrero, pero no será hasta mañana que se conozca el veredicto. La vista fue un proceso largo -comenzó el 3 de agosto de 2011- que se vio interrumpido durante tres meses para estudiar la idoneidad del juez, Ahmed Rifat, para conducirlo. El ex dictador es el único jefe de estado de los países de la llamada primavera árabe que se ha visto juzgado por su propio pueblo, lo que constituye, en sí mismo, un hecho histórico. 

Pero no fue hasta el el 12 de abril (2011), dos meses después de las revueltas, que Mubarak fue formalmente detenido. Hasta entonces, el Consejo Militar que se había hecho cargo del país no mostró ninguna intención de juzgarle. Tuvo que ser la demanda popular, que llenaba por aquel entonces la plaza Tahrir cada viernes, la que forzó la situación. Ni un supuesto ataque al corazón ni los 83 años del acusado pudieron evitarlo.

Mubarak ha sido juzgado por el asesinato premeditado de manifestantes pacíficos durante los 18 días de manifestaciones -entre el 25 de enero y el 11 de febrero de 2011- que acabaron con su reinado y por el que la acusación ha pedido la pena capital. Otros cargos que pesan contra él son abuso de poder, acumulación de riqueza y permitir la venta de gas a Israel por debajo del precio de mercado. Junto al exraís, también están acusados sus dos hijos, el ex ministro del interior y demás cargos del antiguo régimen. 

Sayed Fathi es, junto a otros seis letrados, abogado de las familias de 20 de las víctimas mortales de la revolución, además de otros 56 heridos. Durante los últimos meses ha lidiado con documentos, pruebas y testigos en la sala de vistas, instalada en una academia de policía en las afueras del Cairo -curiosamente llamada Hosni Mubarak-, para hacer justicia por los excesos de Mubarak y sus secuaces durante los 30 años de presidencia. El problema es que el antiguo régimen sigue más o menos ahí. Sayed Fathi nos da las claves del juicio:

¿Ha sido un juicio limpio?
Sí, es un juicio correcto, acorde con la ley egipcia en todos los aspectos. 

El Consejo Militar, al frente del país, ¿ha puesto las cosas fáciles?
Mi impresión es que aquellos que están en el poder ahora mismo no tenían ninguna intención de juzgar a Mubarak. De todos modos, todo está en las manos del tribunal, no en las del gobierno. Repito, yo creo que cuando Tantawi declaró no dijo la verdad (Mohamed Tantawi es el líder del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que dirige el país. En su declaración tenía que decir si escuchó de boca de Mubarak  que se tenía que reprimir a los manifestantes de Tahrir de cualquier forma).

Entonces, ¿por qué acabaron accediendo a juzgarlo?
Hubo tres razones que les obligaron a llevar a Mubarak ante los tribunales. De entrada, la presión popular -la principal demanda popular después de la caída de Mubarak era su juicio-. En segundo lugar, los temores del Consejo Militar ante una posible intervención del Tribunal Penal Internacional, que visitó el país en abril. Por último,  porque Mubarak no siguió las instrucciones de retirarse a Sharm el Sheikh y callar cuando dio una entrevista al canal Al Arabiya diciendo que era inocente y que no había hecho nada malo por el país. Aquello no gustó al Consejo Militar.

¿Qué me dice de la actitud del fiscal general?
El 29 de marzo, antes del juicio, el fiscal general se reunió con una delegación internacional de una asociación de derechos humanos, cuyo nombre no recuerdo, y les dijo que no tenían pruebas y que por ello no iban a juzgarle.

¿Ha habido cooperación por parte de policía, inteligencia y demás cuerpos y fuerzas de seguridad del estado?
Durante la investigación, al principio, no hubo ninguna cooperación. Descubrí un documento que aportó la oficina de seguridad del estado ¡del año 2009! en que decía que los manifestantes quemaron un muñeco que representaba a Hosni Mubarak, jefe del estado. Según ese documento, la revolución no había existido y Mubarak no había abandonado el cargo.

Entonces, para el Ministerio del Interior, ¿quién mató a los manifestantes?
La agencia de inteligencia envió una carta oficial diciendo que no tenían ninguna información. Dijeron, como siempre, que los causantes de las muertes eran criminales y agentes extranjeros.

¿Qué piden las familias de las víctimas?
Las familias quieren, ante todo, que los asesinos no queden impunes. Piden la ley del talión: "El que mata debe morir". También piden una compensación económica, pero muchas familias sólo quieren que Mubarak muera. 

¿Cómo llevan el proceso?
Su situación es inestable, a veces están mejor y otras peor, pero en general no confían en el proceso y temen que las muertes de sus familiares queden impunes.

Las pruebas presentadas durante el proceso, ¿son concluyentes?
Para cualquier juicio hay un acusado principal, luego los testigos y las pruebas. El problema es que Mubarak no es el actor directo de los asesinatos. No hay ningún documento firmado que diga que Mubarak dio órdenes de matar a los manifestantes.

¿Usted cree que será condenado?
Según las pruebas debería serlo, pero sólo el juez tiene la decisión. La condena debería estar entre los 10 y 15 años. 

¿Es optimista?
Yo sí, tenemos una postura poderosa. Pero al mismo tiempo temo que sea declarado inocente. Son demasiados crímenes que deberían ser condenados. Lo único que puedo decir es que no me gustaría estar en la posición del juez, que al final es el único que debe decidir si Mubarak es culpable o inocente.

Hablando del juez, ¿es de fiar o se puede dejar influenciar?
El juez tiene 40 años de experiencia y, conociendo a su círculo y su historial profesional, puedo decir que confío en él al 100%. No tiene ninguna mancha. Eso sí, si declara a Mubarak inocente, me quejaré formalmente.

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