La noche de las papeletas mojadas

Un colega periodista recibe una llamada de la importante empresa mediática para la que trabaja mientras estamos observando una manifestación en la plaza Tahrir: Hay un incendio en la sede del candidato electoral Ahmed Shafik, último primer ministro de Mubarak. Unos cientos de metros antes de llegar, en la plaza Galaa, encontramos un puñado de coches de policía estacionados, en aparente tranquilidad. Una vez bajamos del taxi, frente a la sede de Shafik, tres camiones de bomberos parados; cientos de miles de papeletas electorales del candidato esparcidas por la calle, entre charcos; decenas de periodistas grabando a un puñado de supuestos seguidores del candidato que no paran de cantar; y un edificio intacto: la sede de campaña.

¿Ha habido fuego? Al Masry Al Youm publica una foto:

La primera consecuencia del incendio (no he visto ni olido nada quemado cuando he estado allí) es que toda la prensa del país se ha hecho eco, justo cuando en Tahrir la gente se manifiesta espontáneamente contra los dos candidatos electorales: Shafik y Mohamed Mursi, de los Hermanos Musulmanes. Otros, como la cuenta de twitter @TawfikOkasha_en, van más allá augurando consecuencias y se atreven a pronosticar el resultado de los comicios: "cuando a Shafik le tiraron zapatos llegó a la segunda ronda (electoral)... cuando le queman la sede electoral es que será el presidente".

Todo esto sucede cuando sigue la sombra de duda sobre los miles de DNI supuestamente expedidos para que funcionarios de las fuerzas de seguridad que tenían prohibido votar pudiesen hacerlo. Sombra que hoy, el portavoz de la comisión electoral se ha encargado de despejar poco antes de hacer públicos los resultados oficiales de los comicios de la semana pasada. Por cierto, el mismo personaje que avaló en 2010 los comicios que encumbraron por última vez a Mubarak.

¿Está siendo un proceso electoral limpio? ¿Quién ha provocado el fuego? La confusión es máxima y la posibilidad de encontrar respuestas fiables es muy limitada.