Me gusta escribir en el blog, pero me gustaría más que algún editor me diese un poco de espacio en un periódico. Y que me pagase por ello.

lunes, 18 de junio de 2012

¿Presidente de plastilina?

Al día siguiente de la segunda ronda electoral, los dos contendientes se ven ocupando el palacio presidencial. Así será, supuestamente, hasta el jueves, cuando se harán públicos los resultados oficiales. Hasta entonces, no sabremos quién se convertirá en el primer presidente democráticamente elegido de la historia de Egipto, aunque todo apunte a la victoria de Mohamed Mursi, de los Hermanos Musulmanes. No obstante, en el equipo del continuista Ahmed Shafik aseguran que son ellos los que van delante.

Serán tres días en los que la figura de Mursi ocupando la presidencia se irá implantando en el imaginario colectivo, o no, pero en los que pueden pasar algunas cosas que hagan que el nombre del sucesor de Mubarak carezca de importancia.

Por ejemplo, mañana. Un juez podría congelar las actividades de los Hermanos Musulmanes por no cumplir con los requisitos de la ley de oenegés, la misma que causó revuelo hace unos meses y por la que se cerraron diversas asociaciónes, egipcias y extranjeras,  y se imputaron a algunos de sus trabajadores. ¿Es probable que suceda? Tampoco lo era la disolución del parlamento...
(Actualización: El juez ha pospuesto el caso para el 4 de septiembre)

Igualmente, podría ir tomando cuerpo la idea que ha dejado caer en Al Jazeera el líder del consejo consultivo de la Junta Militar, Sameh Ashour, que ha dicho que "el próximo presidente ocupará su oficina durante un corto período de tiempo". Ashour justificaba que "es simplemente porque se va a escribir una nueva constitución, seguida de unas elecciones parlamentarias que entregarán el poder legislativo; por lo tanto no es posible de ningún modo que el presidente siga en la oficina una vez que la nueva constitución vea la luz".

Esto querría decir que Egipto regresaría al inicio, y que ni parlamentarias ni presidenciales habrán servido para nada. Un círculo vicioso del que ya alertaron muchos en Tahrir cuando se manifestaron para reclamar "la constitución primero", antes de las parlamentarias de noviembre.

Por supuesto, y todo muy legal, todos estos posibles escenarios serían un ataque directo a los Hermanos Musulmanes, vencedores en las parlamentarias y en las presidenciales. Una especie de Argelia, que en 1992 empezó una guerra civil tras la no aceptación militar de la victoria electoral islamista.

La Junta Militar

Entre tanto,  durante el último día de votaciones, mientras se cierran los colegios electorales, la junta militar que prometió por activa y por pasiva entregar el poder antes del 30 de junio, sacá una declaración de enmiendas constitucionales que les aseguran una importante cuota de poder en el futuro del país. Esta vez las más importantes han sido:

- La Junta Militar será la responsable de decidir sobre todos los asuntos relativos a las fuerzas armadas, incluyendo el nombramiento de sus líderes. El líder de la Junta Militar lo será también  de las fuerzas armadas y ministro de defensa hasta que haya una nueva constitución.

-En situación de disturbios, el presidente puede pedir la intervención de las fuerzas armadas, pero será la Junta Militar quien decida. La ley actual estipula los casos en los que el ejército puede usar la fuerza, detener o arrestar. (Dicha ley fue aprobada por el ministerio de justicia la semana pasada y viene a sustituir a la ley de emergencia, que expiró el 31 de mayo).

- La Junta Militar toma el poder legislativo hasta que haya un nuevo parlamento. No habrá un nuevo parlamento sin una nueva constitución.

- Si para el domingo no hay una asamblea constituyente completamente formada (el parlamento escogió una la semana pasada, pero algunos de los elegidos rechazaron formar parte y ahora el parlamento no se puede reunir), será la Junta Militar quien la nombrará. La asamblea tendrá 3 meses para redactar y el resultado final se someterá a referéndum. Las parlamentarias se celebrarán un mes después de su aprobación.

-El presidente, el líder de la Junta Militar, el Primer Ministro, el Consejo Superior del Poder Judicial y 1/5 de la asamblea constituyente tendrán derecho a pedir revisión de los artículos que vayan en contra de los objetivos de la revolución (¿cuáles son?) o en contra de los artículos consensuados de constituciones anteriores. Si la asamblea constituyente se niega a revisar, será el Tribunal Constitucional el que tenga la última palabra. (El mismo órgano que disolvió el parlamento el pasado jueves).

En resumen: el presidente no podrá desarrollar un programa de gobierno ni meter mano en el ejército. Éste último se queda con las llaves de la nueva constitución.

Repito, todo esto son posibles. También podría ser que la asamblea constitucional elegida por el parlamento sea la buena, que el presidente esté 4 años en el poder y que los el juez desestime mañana las acusaciones contra los Hermanos Musulmanes.

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