
La sentencia sobre el caso de Nabil, prevista para ayer pero pospuesta para el domingo, creará precedente al ser la primera del 'Nuevo Egipto' sobre la libertad de expresión, pero su caso no es único. Los activistas revolucionaros cifran en unas 5.000 las personas arrestadas por violar las leyes del pasado, aún vigentes. Estas eran utilizadas por el régimen para aplacar a cualquier elemento opositor y, por ejemplo, censurar la prensa.
El ejército egipcio, vinculado al gobierno desde 1952, ahora ostenta de facto el mando político del país. Por ello, según los activistas, debería ser capaz de aceptar críticas a su gestión. El domingo un juez dictará sentencia, está por ver si da un paso adelante o lo da atrás.
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